Qué es la
delincuencia?
La delincuencia se refiere a un conjunto de actos en contra de
la ley, tipificados por la ley y merecedores de castigo por la sociedad, en
diferentes grados. Se podría definir también como una conducta por parte de una
o varias personas que no coinciden con las requeridas en una sociedad
determinada, que atentas contra las leyes de dicha sociedad. Debido a ello, la
delincuencia puede diferir según el código penal de cada país. Generalmente, se
considera delincuente a quien comete un delito en reiteradas ocasiones,
llegando a ser considerado también, como un antisocial, recalcando el hecho que
este tipo de acciones atentan contra el normal funcionamiento de nuestra
sociedad, poniendo en peligros de diferente naturaleza a sus miembros.
Sin duda la delincuencia es uno de los temas que más preocupa
a la sociedad actual, debido principalmente al aumento del número de
delincuentes y a que cada vez sean más los menores que cometen delitos. La
delincuencia más común es la llamada delincuencia menor, que normalmente es
cometida por una persona o un grupo menor. Los delitos cometidos pueden ser de
carácter menor o también llegar a ser graves y clasificados, pero no son de
grandes proporciones, es decir, no son cometidas por grupos organizados ni
planeadas para afectar en gran manera a la sociedad. Se incluyen aquí delitos
como asaltos, robos, fraudes, violaciones, vandalismo, grafitis y pinturas en
muros y monumentos, entre otros.
En cuanto a la delincuencia más grave, se denomina
delincuencia organizada e implica una organización o grupo mayor y un delito de
grandes proporciones que puede ser de carácter intermedio o mayor. Pueden
incluir los mismos delitos de la delincuencia menor pero por ser ejecutada por
grupos organizados, a los distintos delitos se les llama industria. Así, se
podría hablar de industria del robo, industria del secuestro, etc.
Además de estar aumentando la delincuencia, cada vez es más
violenta. Anteriormente era más común que el delincuente usara la fuerza sólo
en caso de necesidad, pero hoy, la mayoría primero agrede y luego comete el
delito, como en el caso de los robos con violencia y a mano armada. Lo que más
preocupa es que los menores se están volviendo los protagonistas. En todo
Latinoamérica la edad promedio del primer delito ha pasado de los 15 años a los
12 años. En Estados Unidos, 1 de cada 9 niños son llevados a tribunales. Otro
factor en ascenso es el delito cometido por mujeres. El promedio internacional
es de 1 mujer cada 17 hombres.
Se han realizado muchas investigaciones para tratar de
descubrir los factores que han influido en aquellos que delinquen, llegando a
destacar problemas como la pobreza y la exclusión social, el desempleo y la
vagancia, la deserción escolar, las desigualdades, la personalidad, la
disfunción en la familia, entre otros. Otras teorías apuntan también a
problemas biológicos o genéticos.
En cuanto a los castigos que existen hacia los delincuentes,
destacan las multas y la prisión, que es el sistema aplicado en todos los
países occidentales y en casi todo el mundo. Además, para los delitos más
graves existe la pena de muerte en cien países. Desde el punto de vista
psicológico y sociológico, estos castigos no son efectivos, debido a que
siempre existe la tendencia al aumento de la delincuencia, a pesar de que el
castigo siempre se ha aplicado. Los nuevos estudios como la Criminología, sostienen
que para frenar la delincuencia, se debe someter a los individuos a
tratamientos sicológicos, educativos, y buscar métodos efectivos para
reinsertarlos en la sociedad. En el caso de los niños con padres privados de
libertad, se espera que puedan ser incluidos en hogares, lo que disminuiría su
tendencia a la delincuencia.
DELINCUENCIA
JUVENIL
Las actividades ilegales que desarrollan jóvenes, cuya
conducta no discurre por unas causas sociales aceptadas ni sigue las mismas
pautas de integración que la mayoría, no surgen repetidamente, sino que forman
parte de un proceso gradual de socialización desviada que poco a poco se va
agravando. Este proceso se manifiesta más agudamente en la adolescencia, cuando
el joven está más capacitado para realizar acciones por cuenta propia.
Entre adolescentes no podemos considerar la existencia de un
solo tipo de delincuente, ya que se observan entre ellos diferentes modos de
comportamiento y actos de distinta gravedad. En algunos jóvenes, la
delincuencia es algo transitoria, utilizado para llamar la atención a falta de
autodomínio, mientras que para otros se convierte en norma de vida. Cuanto más
joven sea el delincuente, más probabilidades, habrá de que reincida, y los
reincidentes, a su vez son quienes tienen más probabilidades de convertirse en
delincuentes adultos.
Es importante el aumento experimentado por la delincuencia
juvenil en los últimos años.
Aunque la delincuencia continúa ligada a la miseria, su práctica
se ha extendido últimamente a los grupos socioeconómicos medios y altos. Entre
las nuevas delincuencia juvenil, estudiadas actualmente en diversas zonas del
País, cabe distinguir los casos que son producto de la aparición de nuevas
oportunidades de delincuencia, no difieren en lo esencial de las formas
tradicionales.
La identificación de las tendencias de la delincuencia juvenil
depende en primer término del examen de las estadísticas.
Los cambios en concepto de delincuencia contribuyen, tal vez,
en el factor que más influye en las estadísticas de prevalencia.
Se considera que la delincuencia comienza a los 8, 13, 14 ó 15
años de edad, respectivamente. Cuando se fija una edad más tardía con
frecuencia no se dispone de datos acerca del número de niños que comparecen
ante los Tribunales Tutelares de Menores u otro tipo de Organismo encargado de
los niños difíciles.
La delincuencia alcanza, de ordinario, su punto máximo entre
los 13 y 1 años de edad; pues, es un periodo en el cual el menor tiende
particularmente a relacionarse con los otros chicos de su edad.
La banda de adolescentes sirve a la vez como lazo social para
jóvenes desarrollados y como agente canalizador de su agresividad hacia los
adultos. A semejanza del mundo animal, en la banda juvenil se da la seguridad
de un territorio. La obsesión de la seguridad se garantiza por la integridad en
el territorio y la lealtad respecto al grupo, que a menudo se convierte en
temeridad.
Existe mayor número de muchachos que de muchachas
delincuentes, aunque esta diferencia empieza a disminuir al final de la
adolescencia a causa del incremento de la delincuencia femenina en dicha etapa,
también existe una diferencia entre sexos en función del tipo y de la gravedad
de los delitos cometidos. En las muchachas son más frecuentes los hurtos
menores y la prostitución, mientras que abunda entre los muchachos la agresión
física, los robos, la alteración del orden, etc.
Los menores de 13 a 17 años dirigen la mayoría de sus actos
delictivos contra la propiedad; en la adolescencia final por el contrario, los
mismos afectan con más frecuencia a las personas. En el medio rural los actos
son, en su mayoría, individuales, en cambio en el medio urbano suelen
realizarse en grupo, respaldos por el apoyo mutuo que encuentran los jóvenes en
la banda.
La influencia del medio en el desarrollo de la delincuencia
juvenil es también muy importante, los niños colocados en un medio muy pobre o
que viven en condiciones difíciles están fuertemente tentados de descifrar su
existencia por el robo o por la búsqueda de consolaciones dudosas. Estas son
una de las razones del enorme número de condenas por delincuencia juvenil
durante la guerra, las privaciones, los cambios del medio social, la inquietud
y el medio han ejercido una influencia disolvente y han dado un golpe a la vida
moral, de la cual todavía no se ha repuesto en los ambientes donde hay malas
viviendas, donde reina la promiscuidad y la miseria, es donde se encuentran la
mayor proporción de delincuentes juveniles.
Hoy en día los medios más afortunados son una proporción de
delincuentes. Esto es debido a ciertos dramas familiares y a que los niños
disponen de mucho más dinero y comodidades de todas clases y a que la sociedad
hace nacer nuevas necesidades que pueden ser satisfechas de momento más que por
actos reprensibles.
Estos actos nos llevan naturalmente a denunciar los errores de
educación como causa esencial de la delincuencia juvenil.
Hay padres demasiados débiles. La disciplina personal,
especialmente el poder de retenerse, de actuar o de privarse de una cosa
deseada, debe ser inculcado al niño en el curso de los dos primeros años de su
existencia.
Del 70 al 80 por ciento de los delincuentes proceden de
familias disociadas, (por divorcio, muerte o abandono) o de familias cuyos
padres no se entienden.
Puede suceder que aunque la familia está relativamente unida,
las ocupaciones de los padres dejan a los niños muchos ratos libres, y una
libertad que, al perder la vergüenza, se vuelve libertinaje.
Todos saben hasta qué punto las malas lecturas y el mal cine
pueden desviar a los jóvenes del camino. El cine ejerce una verdadera
fascinación, sobre todo para los que asisten a él varias veces a la semana,
esto basta para falsear su sentido de la realidad. Los filmes peligrosos son
los que representan las manifestaciones de malos rasgos del carácter,
especialmente cuando la acción se desenvuelve en medio del lujo y la vida
fácil.
En la mayoría de los filmes las proporciones esenciales de los
personajes se relacionan con el erotismo y el crimen. Se diría que la mayor
parte de las películas están destinadas a enseñar al espectador la técnica de
la seducción o de los asesinatos.
FUENTES
DE LA DELINCUENCIA
Uno de los factores que se une en multitud de ocasiones a este
proceso es la presión social emanada de un medio o unas condiciones de vida
atosigante, el ambiente enrarecido del suburbio sin otras alternativas
culturales o la progresiva frustración a lo largo del desarrollo, que va
generando unos niveles de respuesta violenta imposibles de contener al llegar a
la adolescencia.
Los modelos sociales, a veces presentados en la misma familia,
constituyen así mismo otra importante fuente de la delincuencia juvenil. No hay
que olvidar lo susceptible que es el muchacho a la imitación y a la influencia
que está puede ejercer como método de afirmación personal, capaz de superar al
propio modelo.
Por otro lado las causas Orgánicas se hallan inscritas en la
anatomía del delincuente desde su nacimiento. La herencia no siempre es
decisiva, pero ejerce constantemente una influencia más o menos favorable,
confirmada por los muchos ejemplos ofrecidos por la misma familia. También se
le atribuye culpabilidad a las alteraciones física o perturbaciones afectivas o
de personalidad. Sin embargo, parece más oportuno tener en cuenta el conjunto
de los diversos factores que afectan a la conducta del delincuente, y poner de
relieve la inter-relación de todas las fuerzas y condiciones, internas y
externas, que intervienen en su desarrollo.
TEORÍAS
QUE PUEDEN JUSTIFICAR ACTOS DEL DELINCUENTE JUVENIL
Teorías
Biológicas:
Estas teorías atribuyen a la delincuencia a caracteres innatos
del individuo, transmitidos por herencia o debido a alteraciones en sus
estructuras genéticas o a otros elementos constitucionales, aunque no niegan
que la influencia de los factores ambientales, concedan una importancia máxima
a los aspectos biológicos.
Estudios genéticos realizados con delincuentes, a fin de
explicar las causas de sus trastornos de conducta, han proporcionado datos
sobre ciertas alteraciones cromosomáticas detectadas en algunas personas. Es el
caso de los síndromes de tuner (niñas o mujeres con carencia de un cromosoma x
normal, por lo que representan una falta de desarrollo genital) y de klinefeter
(varones con dos cromosomas x frente a un y), así como de otras alteraciones
cromosomaticas sexuales que se pretende aparecen en la base de importantes
problemas de inadaptación social. Hace unos años se describió el síndrome xyy,
que afectaba varones con fuertes tendencias criminales y dotadas de gran
agresividad, lo que hacía de ellos individuos potenciales peligrosos. Otras
investigaciones insisten en la influencia de factores hereditarios sobre la
disposición previa a la delincuencia; justifican su posición en estudios
realizados sobre parejas de hermanos gemelos, los cuales demostraban en la
conducta delictiva entre gemelos monocigotos (con idéntico código genético) se
asemejaba mucho más en términos cuantitativos que la de los dicigotos (gemelos
con distinto código genético).
En éstas teorías se han creído ver un intento de aludir la
responsabilidad social en la génesis de la delincuencia, así como una forma de
relegar el problema a un callejón sin salida.
La influencia de las teorías afecta, en definitiva, a un
reducido o irrelevante número, de individuos, y en ningún caso sirve para
explicar las complejas causas que conducen a ciertos jóvenes a la delincuencia.
Aunque sea cierto que el niño nace con unas características
genéticas muy concretas que determinan su grado de agresividad, introversión,
actividad, etc. lo cierto es que los estímulos maternos y la interacción que
crean son muy importantes para la posterior relación del niño con el medio en
que se desenvuelve.
En este grupo podemos incluir también los casos en los que él
yo, es puesto fuera de acción por perturbaciones teóricas u orgánicas o
trastornos funcionales de los centros nerviosos.
1. Perturbaciones Tóxicas: Crímenes cometidos bajo la influencia
del alcohol o de drogas.
2. Perturbaciones Orgánicas:
a.) Delincuencia mental y retardo, si la falta de capacidad
intelectual es favor motivante del comportamiento delictuoso.
b.) Tumores cerebrales, parálisis general progresiva,
traumatismo cerebral, etc.
C.) Encefalitis, si se adquiere antes de la pubertad.
Las
causas del aumento de la delincuencia juvenil

Mientras algunos buscan explicaciones en la falta de castigo,
sociólogos y trabajadores sociales piensan que las verdaderas razones son
otras.
ES LA
ECONOMÍA...
Para René Quevedo, analista empresarial, el aumento de los
actos delictivos guarda relación con la limitada participación juvenil en el
mercado de trabajo.
De hecho, según datos de la Contraloría General de la
República, el 64% de las personas que buscan empleo están entre los 15 y los 29
años. Y solo uno de cada 28 de estos jóvenes ha encontrado o mantenido un
empleo durante los últimos cinco años.
‘Plazas de trabajo hay, lo que no hay es un empleo sostenido. Y
esta es precisamente la razón por la que los jóvenes cometen actos delictivos.
Lo que buscan es ‘resolver’, asegura Quevedo.
El analista cita el IV Informe de Seguridad Ciudadana,
patrocinado por la Cámara de Comercio de Panamá, que ‘muestra que cada año hay
más tolerancia al delito’.
La encuesta realizada por la Cámara revela que en 2013, 38%
más personas que en la encuesta anterior estarían dispuestas a delinquir para
‘resolver’. Además, 65% más ciudadanos estarían dispuestos a cometer un delito
si sienten que hay impunidad.
Un 43% más usaría violencia para obtener beneficios
económicos.
DÉFICIT
DE PERSONAL
¿Pero qué esperanzas hay para el futuro próximo? Con tanto
crecimiento económico, los jóvenes tendrán más oportunidades para encontrar
empleo, ¿no? La respuesta es ‘depende’.
De acuerdo con un informe comisionado por la Autoridad del
Canal de Panamá a la firma norteamericana Nathan Associates en 2012, hasta el
45% de los nuevos empleos generados por la economía panameña entre el 2013 y
2025 requerirán la importación de mano de obra calificada.
Es decir, hay empleos para personas con estudios y
experiencia.
Para los jóvenes de clase media y clase alta, esto no es un
problema.
Un informe del Banco Mundial sobre las expectativas de empleo
para Panamá reveló que el 64% de los jóvenes de clase alta y media que culminan
la secundaria ingresan a la universidad antes de cumplir los 25 años.
Sin embargo, sólo el 5% de los jóvenes de estratos bajos logra
hacerlo.
‘Gran parte de las veces, los jóvenes deben dejar la escuela
para ayudar a sostener a su familia, una familia que muchas veces es
disfuncional’, dice la socióloga panameña Briseida Allard.
Y el 83% de los jóvenes de los barrios rojos siente que sus
perspectivas laborales no han mejorado con el crecimiento económico del país.
‘No poder encontrar un empleo genera frustración entre los
jóvenes’, valoró la socióloga.
‘Es necesario que el gobierno establezca programas bien
estructurados que ayuden a los jóvenes a encontrar un empleo. No solo eso, lo
que ganan debería ser lo suficiente para que no tengan que buscar en las
pandillas el sustento’, indicó Allard.
TODO
NACE EN LA FAMILIA
Tanto Allard como Quevedo coinciden en que la formación
técnica y teórica es fundamental para reducir los niveles delictivos, así como
mantener a los jóvenes enfocados en tareas productivas.
Pero para Rogelio Justiniani, presidente de la Fundación San
Miguelito, esto no es suficiente. Para él, el problema básico se encuentra en
el núcleo familiar.
‘La escuela es importante, pero los valores no se enseñan
allí, sino en el hogar’, expresó Justiniani.
Justiniani ha trabajado durante dos décadas con jóvenes que
pertenecen a una treintena de pandillas del distrito de San Miguelito.
Él asegura que el problema delincuencial panameño radica en la
falta de afecto familiar.
‘Los lazos de amistad que encuentran en las pandillas
envuelven de una manera inimaginable a los jóvenes provenientes de familias
disfuncionales. Las pandillas les dan lo que ellos están buscando y sienten que
necesitan’, relató Justiniani, que también ve con preocupación el aumento de la
delincuencia en el país.
ESFUERZO
DEL GOBIERNO
La administración del presidente Juan Carlos Varela parece
haberle dado un giro a la política criminal para enfocarse en la reinserción
social de los jóvenes, enfocando especialmente que ellos decidan
voluntariamente abandonar los grupos delictivos a los que pertenecen.
‘Vamos a mantenernos disciplinados y firmes con el programa
Barrios Seguros’, manifestó el ministro de seguridad Pública, Rodolfo Aguilera.
‘Vamos a darle a nuestros jóvenes la oportunidad de cambiar y
tomar por el camino correcto’, expresó.
El programa Barrios Seguros tiene apenas dos meses y medio de
haberse implementado en al menos seis sectores del país.
Con este plan se está capacitando a los jóvenes para que
abandonen las bandas y pandillas, al tiempo que le otorgan una bonificación de
50 dólares mensuales por su participación.
Los sitios donde ha iniciado este proyecto son los lugares
donde más bandas juveniles operan; es decir, Panamá Oeste, Metro, Este, Colón y
la ciudad de David, en la provincia de Chiriquí.
¿Por qué tanta violencia y
criminalidad en Panamá?
En la ciudad de Panamá, se ha desarrollado el crecimiento
urbano de forma desorganizada. Hacia el norte (San Miguelito, las Cumbres,
Chilibre); hacia el Oeste (Arraiján, Burunga) y el Este (Tocumen, Mañanitas, 24
de diciembre y Pacora).
En estas áreas suburbanas de crecimiento espontáneo, ocurre el
fenómeno sociológico que al no haber suficiente presencia de autoridad, impera
la “Ley del más fuerte”.
Por
eso, no es de extrañar la proliferación de pandillas criminales en esas áreas.
El crecimiento desorganizado de estas comunidades suburbanas, conllevan el
germen de la criminalidad motivada por:
• La
ruptura del sistema escolar
• Cambios
en la dinámica del hogar (hogares disfuncionales).
• Desempleo.
• Ausencia
de valores y expectativas sociales.
• Falta
de oportunidades sociales para los jóvenes.
• Debilidades
y vulnerabilidades institucionales.
• Carencia
de espacios públicos.
• Crecimiento
de la marginalidad y pobreza.
• Interés
desmedido de conseguir dinero “como sea y cuando sea”, y el…
• Crimen
Organizado, verdadero motor de la criminalidad.
Precisamente, el crimen organizado fomenta el surgimiento de
las bandas y pandillas criminales, ya que necesita de ellas, la utiliza y
financia para cometer delitos desde asaltos hasta homicidios por ejecución.
CLASES DE
DELINCUENTES
• Inadaptados inmaduros: Jóvenes frágiles
psicológicamente, vagos y sin disciplina, soñadores que al no conseguir su
sueño, normalmente inalcanzable, se enfadan con el mundo.
• No socializado psicópata: No ha
desarrollado el autocontrol, no ha asimilado normas ni valores. Son
"imbéciles morales" por esa falta de criterios éticos. Como no tienen
remordimientos, no aprenden de lo errores, no maduran.
• Neurótico trastornado:
Individuo solitario que se culpabiliza excesivamente y sufre de depresión.
Cometen robos, violaciones...Sufren de depresiones (lo que nunca le ocurriría
al psicópata).
FACTORES
DEL DELINCUENTE
1. Sexo: Hay más
hombres que mujeres delincuentes.
2. Habilidades: Hay estudios que
corroboran la relación entre un bajo coeficiente intelectual y la delincuencia.
3. Síndrome hiperquinético:
(hiperactividad) Niños muy impulsivos y no reflexivos tienen más posibilidades
de delinquir.
4. Egocentrismo: Tienen
gran dificultad para visualizar las consecuencias de su acción (falta de
empatía).
5. Clase social: Se asocia
la delincuencia con clases marginales.
6. Familia disfuncional: Se asocia
con padres de poco apoyo moral que coaccionan y castigan mucho. La ruptura
temprana entre padres e hijos es un buen predictor de delincuencia.
CAUSAS
DE LA DELINCUENCIA
·
Las malas relaciones familiares.
·
La pobreza (no en todos los casos).
·
El desempleo.
·
La falta educación.
·
Sentirse importantes ante los demás
mientras mas actos delictivos comete.
·
Las influencias negativas de los grupos
sociales. (pandillas)
·
El desinterés del gobierno por mejorar la calidad
de vida de los ciudadanos.
o
Robo a mano Armada: Se está
intensificando grandemente, ya que los asaltantes se están dedicando a robar
con armas de alto calibre.
o
El Hurto: Se da cuando se comete
un robo a la propiedad privada en ausencia del propietario
o
Hurtos de accesorios de autos: El
mismo consiste en el robo de objetos o partes del auto para posteriormente
venderlos
DELITOS MÁS
COMUNES EN PANAMA
·
También se registran índices de otros delitos
tales como:
·
El robo
·
la estafa
·
Violación
·
Asesinato
·
El tráfico de drogas
·
la violación carnal
·
daños a la propiedad
·
Homicidios entre otros.